cK = Cristina Kirchner
Esta viñeta de Nik refleja la verdadera función de subversión del humor: divierte pero hace pensar. En un sólo cuadrito, Nik desvincula la imagen del símbolo de su parte referencial, del significado asociado que a fuerza de repetición, la marca nos ha metido en la cabeza. Retransforma el símbolo y le da una nueva significación.
¿No es genial? Los chistes gráficos tienen muchísimos puntos y niveles de análisis, pero este me pareció tan puntual y directo que no quería dejarlo pasar. El tipo ha visto cK y ha logrado no ver lo que cK quiere que veamos. cK se gasta millonadas en asociar dos letras con su discurso de glamour y minimalismo, y sin embargo las letras significan, para alguien, "Cristina Kirchner".
Luego se me dirá que justamente esto es parte del logro de cK, formar parte de las imágenes mentales, estar alojada en los símbolos culturales. Pero diré que también allí corre un riesgo, y las grandes marcas lo saben muy bien como ya advierte Naomi Klein en NoLogo, y aquí se aferran a su querido copyright: está bien que las marcas sean parte de la cultura mientras conviene a ellas, pero cuando no les interesa, o cuando los artistas las utilizan como un elemento más de la cultura, entonces no importa que legiones de publicitarios hayan hecho todo lo posible por convertirlas en parte del imaginario social.